El niño tiene que ser inteligente, pero al mismo tiempo tiene que ser obediente. Pero el niño al ser inteligente no puede obedecer, porque para obedecer tiene que perder parte de su inteligencia. Usted no puede obligar a decir "sí" al rebelde sólo porque sea mayor que él o porque tenga más autoridad de la goza. La inteligencia sólo puede decir "sí" cuando está profundamente de acuerdo con usted. La inteligencia, es rebelde, y ningún padre quiere que su hijo sea rebelde, porque la rebelión va en contra de su deseo inconsciente de dominar.
No es lo mismo ser rebelde que ser inconformista, el inconformista actúa desde su frustración, su rabia y su ego. Es un reaccionario porque su acción no surge de su consciencia. El simple hecho de estar en contra de la sociedad, no implica necesariamente estar en lo correcto, el inconformista sólo se mueve en extremos y esto en su mayoría de las veces, es moverse de un error en otro.
El rebelde, en cambio es equilibrio, y eso no es posible sin consciencia y sin una gran compasión, el rebelde no es reacción, es acción.
El inconformista está perdido, está en contra de lo establecido pero no tiene ninguna visión de futuro porque no sabe a lo que se opone. Un inconformista no actúa impulsado por su libertad e individualidad, su reacción es dependiente, esto quiere decir que se le puede manipular muy fácilmente lo cual no representa ninguna amenaza para la sociedad ni para sus intereses, sólo hay que ser un poco más astuto que él y utilizar la psicología inversa.
Pero el sistema no puede manipular al rebelde, sencillamente porque no está reaccionando a éste. El rebelde no está enfadado con esta vieja sociedad, al contrario siente una profunda compasión por ella.
El rebelde tiene una visión de futuro, un sueño de una nueva humanidad, si está en contra de la sociedad es porque está obstaculizándole su propósito. Su foco es su potencialidad y actúa impulsado por su libertad, es su consciencia la que decide en qué dirección tiene que ir. Esta es la diferencia entre acción y reacción.
Es muy fácil ser inconformista, pero ser rebelde es muy difícil porque se necesita una transformación de tu ser. Tener espíritu rebelde es algo que asusta pero a la vez se anhela, es sólo para aquellos que tienen agallas y la dignidad de seres humanos.
Es muy fácil adaptarse a una sociedad y no hacer preguntas aunque sientas que hay cosas muy estúpidas en ella sólo por mantener a salvo tu comodidad. El rebelde no puede decir "sí" si no está de acuerdo porque entonces está vendiendo su alma, se está convirtiendo en un esclavo espiritual.
Un rebelde se niega a ser esclavizado de cualquier manera, ni siquiera por Dios, ni mucho menos por el hombre.
Friedrich Nietzche dijo: << Dios ha muerto y ahora el hombre es absolutamente libre>>.
Ciertamente esta afirmación es de un alma libre, pero a mi modo ver no es que el hombre haya matado a Dios, es que nunca llegó a nacer.
Para el rebelde, el único Dios existente es la vida, Dios es la existencia porque no se le conoce ni principio, ni fin. Lo demás son ideas preconcebidas que le han intentado vender para llevar una vida tibia.
<< A los tibios los vomita Dios>> dice un refrán castellano, no vivas una vida tibia. El mundo es un lugar inseguro y esto el rebelde lo sabe, no hay seguridad, no la busques, vive en inseguridad, es un hecho y una realidad de la vida.
Es importante dejar claro que tampoco es lo mismo ser rebelde que ser revolucionario. El revolucionario, sólo forma parte del mundo político, para el revolucionario el cambio del individuo es posible sólo a través de la estructura social. En cambio, el rebelde al ser un fenómeno espiritual, su actitud es totalmente individual, no pretende ser un mesías con ambición de salvar a la humanidad, no quiere un séquito de seguidores, el rebelde no se siente líder.
Un rebelde, no pide consejo, no quiere ser seguidor de nadie, no tiene salvadores, mensajero de Dios ni guía, de ser así estaría echando su propia responsabilidad en otros, y al echar su propia responsabilidad en otros está perdiendo su libertad porque tiene que tener fe no en sí mismo sino en otros, lo que se traduce en otra esclavitud espiritual. En catequesis te enseñaron a tener fe en Dios pero no te enseñaron a tener fe en ti mismo. El rebelde es su maestro, su guía, es la perfecta definición de onanismo espiritual.
En cambio el revolucionario no puede moverse sólo, necesita de las masas, un partido político, un gobierno. En definitiva, necesita poder y el poder corrompe por eso el revolucionario olvida su filosofía en cuanto llega al poder.
La visión del rebelde en cambio, es que si quiere cambiar la sociedad, tiene que cambiar al individuo empezando por él mismo. El rebelde no lidera, ilumina. Sabe que todos los individuos tienen alma, posibilidad de cambio, de evolución y transformación, por lo tanto la diferencia es abismal entre revolucionario, inconformista y rebelde.
El rebelde, trae un cambio de consciencia, la eleva, porque sabe que si la consciencia se eleva, entonces la estructura social le sigue. En sentido al contrario, es imposible, por eso todas las revoluciones fracasan. Aun así parece que la humanidad no es consciente de esto todavía.
El rebelde, es consciente de que necesita saber cuáles son las causas que le están impidiendo crecer, ira, celos, ambición, deseos. Quiere ser más consciente, más amoroso, más creativo, más silencioso, más meditativo porque sabe que la paz es su naturaleza real.
El rebelde es un guerrero pacífico, no es arrogante, ni egoísta. Si está de acuerdo en algo con la sociedad, lo obedece y si considera que algo no está bien y no encaja en sus principios lo desobedece aunque le cueste la vida, no aceptará la esclavitud espiritual.
El rebelde es un ser meditativo, sabe que no es lo mismo reaccionar que responder. Reaccionar, viene de los condicionamientos, es automático. Responder, viene de estar presente, en estado de alerta, estar consciente no es automático. No estás repitiendo tus reacciones basadas en las memorias de experiencias pasadas. La verdadera rebeldía nace de la consciencia, del amor y la meditación eso sí que es religiosidad.
El rebelde, tocó fondo alguna vez en su vida pero no se arrepiente de nada, aprendió que cometiendo errores es como se vuelve sabio, no hay otra manera. La aventura del rebelde está llena de imprevistos. Cada momento es una oportunidad nueva a una nueva experiencia, a su existencia. Para el rebelde, la existencia es una celebración, un tributo a la vida, lo que define exactamente al rebelde es que es un ser existencial, esa es su filosofía, no existencialista, sino existencial cuidado no es lo mismo. Su templo es su experiencia en el mundo.
El rebelde se siente feliz por el simple hecho de estar vivo. Se declara así mismo con orgullo y dignidad que es un ser humano. Salvadores, mesías, profetas todos ellos han presumido de ser los elegidos, los más elevados, los más santos que los humanos comunes y no hay nada más espiritual y elevado que ser natural y relajado con tus instintos, tu inteligencia y tu intuición.
Ideales, moral, religiones, filosofías, supersticiones, el rebelde renuncia a todo en lo que no está de acuerdo con la sociedad pero no renuncia a la sociedad misma, no puede renunciar a la sociedad porque la sociedad es el mundo y él ama el mundo porque el mundo es la existencia.
Está en contra de todas las religiones, todos los gobiernos, todo lo establecido, todos los intereses creados, no acepta un Dios prefabricado, un hipotético Dios creado por el hombre que le dé una falsa cercanía con la divinidad. El rebelde crea a su Dios dentro de su propio Ser. Él es Dios y el amor que siente por la vida es su religión.
Rompe con todo lo establecido, con todo aquello que no le permite disfrutar de las bellezas de la vida. Él tiene su propia moral, no de acuerdo a ningún mandamiento sino a su propia conciencia. El rebelde, es un observador nato, se da cuenta de que la humanidad está cansada de todo lo viejo, la política, las viejas religiones, la vieja espiritualidad, la vieja santidad, los viejos valores. El hombre está extremadamente aburrido por la palabra "organizar", la palabra "organizar" para el rebelde es veneno, la religiosidad y el amor no pueden ser organizadas, ambas son absolutamente privadas y personales. Religiosidad no lo entiende como un credo, no es cristiano, judío, hindú o budista. Simplemente es religioso como una manera de vivir llena de gracia, belleza, responsabilidad, consciencia y repleta de amor.
El rebelde, es un valiente, no le teme a la opinión, a las masas, a la actitudes sobre lo que los demás dicen sobre él, sabe que estas son las formas en que las masas han estado dominando al individuo durante siglos. Aquellos que quieren ser ellos mismos no tienen que preocuparse de lo que las masas retardadas opinen de ellos. Las masas son retardadas porque son una inconsciencia colectiva, son las masas las que están en manos de líderes políticos, religiosos, y a toda esta gente ya se sabe que no le conviene que ocurra ningún cambio porque cada cambio es una amenaza para el statu quo. La vida para estos líderes y el sistema es tan cómoda y lujosa que es mejor que permanezca todo como está porque cualquier cambio trae consigo otros cambios y tendrán que adaptarse a ellos.
El rebelde no puede pertenecer a ninguna categoría porque él en sí mismo ya es una nueva categoría, él no quiere cambiar lo viejo como el revolucionario, él quiere salir de lo viejo porque no se identifica con ninguna categoría del pasado, todas ellas han demostrado ser fracasos o insuficientes para cambiar la humanidad porque todas ellas de una manera u otra estaban comprometidos con los intereses establecidos y es aquí donde el rebelde se diferencia de todos ellos.
El rebelde es libertad absoluta, amor absoluto, creatividad absoluta; es la realización verdadera del potencial humano, es la luz al final del túnel. Un rebelde no tiene pasado, solamente presente y un fututo abierto que no está dominado por un pasado muerto. Pero el rebelde tiene un impedimento, que son las masas, y a las masas pertenece el poder. Aun así el rebelde tiene que manifestare e inevitablemente tiene que decidir en esta crisis entre ser un hombre nuevo o por el contrario unirse a la masa y aceptar un suicidio global.
Patricia Gara 23/05/2021
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